La Secretaría de Medio Ambiente advirtió que, nueve años después del derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado en la cuenca del Río Sonora en agosto de 2014, la contaminación persiste y representa un riesgo para la salud de las personas en la zona afectada.
La dependencia, al presentar el Dictamen Diagnóstico Ambiental del Río Sonora, acusó a la empresa minera Buenavista del Cobre, filial de Grupo México, de ser responsable del derrame debido al mal diseño de su sistema de presas de jales y afirmó que no llevó a cabo acciones de remediación. Además, estimó que los impactos ambientales, sanitarios y económicos del derrame ascienden a 20 mil 508 millones de pesos.
Expertos como Adrián Pedrozo, director del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, señalaron que los muestreos en el cauce del Río Sonora indican contaminación por concentraciones de metales pesados asociados a las presas de jales. Además, alertaron sobre la presencia de arsénico, hierro y fluoruros que generan bioacumulación en los seres vivos. También se destacó la sobreexplotación de los acuíferos en la zona debido a la actividad minera intensiva y se mencionó que las concentraciones de mercurio en el aire y de metales pesados en el suelo resultaron alarmantes en las campañas de monitoreo realizadas en 2021 y 2022. El Dictamen Diagnóstico concluye que la remediación del río Sonora a cargo del Grupo México no fue satisfactoria y que las compensaciones entregadas no cubrieron los efectos en la población, los ecosistemas y la economía, ni los costos de atención de la salud y la calidad ambiental y de salud.
