EDITORIAL

EDITORIAL

La planeación tendrá que ser el tema a corregir en la nueva etapa del gobierno federal y municipal, así como en la última fase del sexenio de Alfonso Durazo.

En Guaymas, no se puede regatear el mérito de la inversión en obra pública con casi mil millones de pesos en la pavimentación de arterias principales y la construcción de la carretera a Chihuahua como tampoco se deja de señalar el retraso en los trabajos por errores administrativos, operativos y técnicos.

El ejemplo más claro es la avenida Serdán que tuvo que terminarse hace seis meses según los tiempos oficiales y es hora que no entregan una sola cuadra porque faltan conexiones, detectan fallas o no tienen material.

Cerca de Palacio rompieron el concreto la semana pasada, en la calle 13 no han instalado semáforo y en el tramo de la nueve no acaban de pavimentar el cien por ciento.

Para el Ayuntamiento ha sido difícil intervenir aun cuando tiene facultades y enfrenta la presión social, porque el recurso es federal y estatal, así que se ha concentrado en hacer notar lo que no es correcto para garantizar obras de calidad.

El problema está en la falta de coordinación de la Sidur, además de la mala supervisión, lo que se puede corregir con el cambio de poderes federal y municipal para que el presupuesto que se ejerza se haga con total apego a tiempos y formas establecidos.

Vienen tiempos de continuidad en cuanto a obras, habrá grandes proyectos que se consoliden y la gente seguirá reconociendo si por fin realizan una planeación adecuada para evitar afectación en el comercio y logran eficiencia al cien por ciento.

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