Rayados se imponen 2-1 sobre Puebla; Asumen el liderato de la Liga MX

Rayados se imponen 2-1 sobre Puebla; Asumen el liderato de la Liga MX

El equipo de Monterrey se sobrepuso al dominio de los camoteros en el primer tiempo

 

Agencias

Los Rayados de Monterrey lanzaron golpes precisos y certeros, llevándose la victoria por 2-1 sobre el Puebla en la jornada 16 de la Liga MX.

Los primeros compases de la contienda presentaron a un Monterrey atrapado en un torbellino de desaciertos. La ausencia de peligro en los últimos metros se convirtió en un lastre que dificultaba cualquier avance significativo. Por su parte el Puebla aunado bajo sus propios yerros no logró traducir su dominio dentro del terreno de juego en el marcador.

Esteban Andrada se erigió como el capitán que desafió la marea para mantener a su tripulación a flote. Con un par de atajadas decisivas, sofocó el grito de gol en el estadio Cuauhtémoc en más de tres ocasiones.

El juego se desarrolló en un cuadrilátero de césped, donde los Camoteros tenían contra las cuerdas a los Rayados, pero cuando el Puebla bajó la guardia, apareció Sergio Canales, que con un disparo preciso hizo vibrar el marco defendido por el ‘Wacho’ Jiménez. Tras el rebote Germán Berterame dio el primer gran golpe de la contienda, lo que aventajó al Monterrey en la pizarra.

El Puebla se retiró al vestuario con la posesión del balón como su mayor trofeo, y con la llegada constante al área rival que marcó su dominio.

Los embates ofensivos eran tan persistentes y certeros que el Monterrey, al final de la primera parte, se hallaba acurrucado en su propia mitad del campo, como un barco a la deriva en medio de una tormenta que no cesaba, pero que no lograba hacerle daño en el tablero.

En el arranque del segundo asalto, Sergio Canales mostró su exquisita pegada, al conectar un chanflazo con la parte interna que atravesó el aire como un misil calibrado. Su tiro, preciso y fulgurante, castigó al equipo camotero, que, a pesar de haber tenido su oportunidad para igualar el marcador, la dejó escapar con una frustrante desaprovechada.

El balón se convirtió en el testigo mudo de una oportunidad perdida, mientras el Puebla, una vez más, se encontraba en desventaja ante la maestría del español.

Tras la anotación, los Rayados asumieron el control del partido con la serenidad de un director de orquesta que conoce cada nota de su sinfonía. Con la dulce ventaja de dos tantos a su favor, se encargaron de manejar los tiempos del partido con una precisión casi calculada.

La calma de Monterrey se vio sacudida cuando, en una jugada cargada de peligro, los Camoteros irrumpieron en el área. Una falta cometida por Stefan Medina, y el silbato del árbitro central rompieron el aire, al señalar la pena máxima a favor de los locales.

Sin embargo, la certeza del momento se desvaneció en la fría pantalla del VAR, donde la decisión fue revisada, cuestionada y finalmente anulada. La esperanza que había prendido en los corazones poblanos se apagó tan rápido como había surgido, en su lugar quedó un eco de lo que pudo ser.

Los Camoteros buscaron respuesta en los botines de Luis Bolaños, quien, al tener la oportunidad de encarar a Gerardo Arteaga, no titubeó en dejarlo atrás y lanzó un centro preciso.

Rafael Durán, atento en el área, remató de cabeza, lo que obligó a Andrada a realizar una estirada salvadora. Sin embargo, el destino quiso que el rebote cayera a los pies de Santiago Ormeño, quien no dudó en enviar un pase certero a las redes, lo que le permitió a la escuadra local recortar la distancia.

En la recta final del partido, el Puebla, impulsado más por el corazón que por la estrategia, se lanzó con todo en busca de la igualdad. Los Rayados, por su parte, no dejaron de presionar, intentaron ampliar su ventaja y sellar el triunfo de manera contundente.

Sin embargo, el duelo se convirtió en una batalla de voluntades donde ninguna de las dos partes cedió terreno. Al final, el silbatazo decretó la victoria para Monterrey, que se consolidó en la cima de la tabla.

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