Tras la publicación de una carta del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en la que lo vincula con presuntos miembros del narcotráfico, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió afirmando que no se iniciará ningún proceso judicial en su contra. Durante su conferencia de prensa matutina de este miércoles, López Obrador insistió en que García Luna, quien formó parte del gobierno de Felipe Calderón, tuvo participación en la investigación del asesinato del entonces candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio.
El presidente reiteró que no emprenderá acciones legales contra García Luna, pero le pidió que presente las pruebas que menciona en su carta. “Escribe que hay pruebas, videos, llamadas, audios. Es muy sencillo que los dé a conocer, él tiene todo”, expresó el mandatario. López Obrador subrayó la importancia de tener autoridad moral y no establecer relaciones de complicidad con nadie.
García Luna, actualmente preso en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn en Nueva York, acusado de narcotráfico y vínculos con el crimen organizado, insinuó en su carta que AMLO tiene conexiones con el crimen. Al respecto, el presidente rechazó las acusaciones, señalando que durante su carrera política ha enfrentado numerosas acusaciones similares.
En su carta, García Luna afirmó que las acusaciones en su contra no fueron verificadas ni corroboradas por el Gobierno, sugiriendo que estas provienen de la actual administración de López Obrador. Aunque el exfuncionario no participó directamente en el asesinato de Colosio, estuvo involucrado en la investigación y, según AMLO, sugiere que tenía acceso a información delicada debido a su rol en la seguridad.
López Obrador también destacó que García Luna, durante su tiempo en el sistema de inteligencia, había desarrollado un sofisticado sistema de vigilancia. “Un hombre que se dedica a eso por más de 30 años, ¿cómo no va a saber todo lo relacionado conmigo si era su trabajo? Claro que me espiaba”, concluyó el mandatario.
La carta de García Luna ha reavivado el debate sobre las conexiones entre el narcotráfico y altos funcionarios, mientras la espera por su sentencia en Estados Unidos continúa.
