Tras el anuncio de que España no enviaría a ningún representante oficial a la ceremonia de toma de protesta de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, la mandataria respondió que publicaría una carta al respecto en sus redes sociales. “Mañana les explico, porque tiene su chiste. Mañana tempranito (…) No hay ningún problema”, declaró en una entrevista al salir de su casa de transición.
El Gobierno español tomó esta decisión luego de considerar inaceptable que no se extendiera una invitación al Rey Felipe VI para el evento del próximo 1 de octubre en la Ciudad de México. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España expresó que, debido a esta exclusión, no participaría en la ceremonia “a ningún nivel”.
El descontento surgió porque, tradicionalmente, la invitación debe ser dirigida al monarca español, lo que el Gobierno mexicano omitió, causando la reacción del país europeo. A esta situación también se sumó la negativa de asistencia del presidente ruso, Vladimir Putin, aunque el mandatario enviaría un representante en su lugar.
Este desencuentro entre México y España ocurre en el contexto de una “pausa” diplomática que estableció el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2022. AMLO solicitó una disculpa por los abusos cometidos contra los pueblos indígenas durante la Conquista, lo que ha tensado las relaciones entre ambas naciones. Sheinbaum ha respaldado esta postura, aunque ha reconocido la importancia de mantener los lazos diplomáticos, insistiendo en la necesidad de dicha disculpa.