Andrea Legarreta y Erik Rubín, quienes anunciaron su separación hace más de un año, han mantenido una relación cordial a pesar del fin de su matrimonio. Durante este tiempo, ambos se han mostrado como un ejemplo de apoyo mutuo en situaciones difíciles, lo que ha generado especulación sobre una posible reconciliación, especialmente después de que Legarreta revelara que aún no se han divorciado formalmente.
En entrevistas recientes, Rubín habló abiertamente sobre la dinámica que mantiene con la madre de sus hijas. Durante una conversación en el podcast Cara a Cara con Cora Nelda González, el cantante explicó por qué aún no han tomado la decisión definitiva de divorciarse. “Aunque ya no vivimos juntos, sigo frecuentando la casa, principalmente porque mi estudio de trabajo está allí”, mencionó Rubín, lo que también le permite pasar tiempo con sus hijas.
A pesar de la separación física, Rubín confesó que no consideran que sea el momento adecuado para dar el paso final hacia el divorcio. Tanto él como Legarreta han buscado la ayuda de terapia de pareja para intentar salvar su relación en el pasado, y aunque esto no evitó la separación, ambos reconocen que ha sido un proceso clave en su crecimiento personal.
Rubín también compartió las dificultades emocionales que ha enfrentado al aceptar el fin de su matrimonio, algo que, según él, siempre creyó que sería “para toda la vida”. No obstante, ha aprendido a valorar la amistad que ha surgido entre ellos como algo positivo y esencial para el bienestar de su familia.
Lo que más ha llamado la atención sobre su situación es que, aunque ya no son pareja, Legarreta y Rubín han logrado transformarse en amigos y socios, algo que les ha permitido apoyarse mutuamente de maneras que quizá no lograron durante su matrimonio. Rubín también comentó cómo la presión pública, que los etiquetaba como una “pareja ejemplar”, influyó en su proceso de separación, pero subrayó que su amistad es ahora uno de los aspectos más importantes de su relación.
