Ernesto Zedillo, expresidente de México entre 1994 y 2000, respondió con una segunda carta pública a las recientes declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien lo ha señalado como un “vocero de la oposición” y adelantó que revelará detalles sobre presuntos actos de corrupción vinculados al Fobaproa, implementado durante su administración.
Zedillo reconoció que Sheinbaum “está en su derecho” de abordar el tema del rescate bancario, aunque le pidió hacerlo “sin incurrir en falsedades ni calumnias”. En su misiva, defendió la decisión tomada frente a la crisis financiera de su sexenio y cuestionó cómo actuaría ella si enfrentara una situación semejante. “Confío en que aún a costa de su popularidad personal tomaría graves decisiones para evitar esa quiebra y asimismo cumplir con la ley que protege los depósitos bancarios, sin reparar en el oportunismo de quienes gustan de lucrar políticamente de cualquier circunstancia”, escribió.
El exmandatario reiteró su exigencia de que se realicen auditorías independientes y profesionales a tres de los megaproyectos promovidos por el expresidente Andrés Manuel López Obrador: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, a los que calificó como decisiones arbitrarias y costosas. “Se debe saber cuánto costaron y qué beneficios se perdieron con esos caprichos de López Obrador”, señaló.
Zedillo también arremetió contra Sheinbaum por lo que consideró una estrategia de desvío para evitar enfrentar los efectos negativos que —a su juicio— ha tenido su respaldo a Morena. “Trata de anular a un mensajero de la noticia de la muerte de nuestra democracia –un servidor, suponiendo que así se distraerá la atención de las felonías contra la democracia cometidas por López-Obrador, su partido y demás cómplices”, advirtió.
Afirmó que desde que rompió su silencio político el 15 de septiembre del año pasado, para denunciar lo que considera una embestida contra la democracia mexicana, sabía que enfrentaría represalias mediáticas. No obstante, defendió su postura como una acción necesaria para defender al país, aun cuando implicara un costo personal. “Siempre he tenido claro que hay algo mucho más importante que la condición y comodidad personal: México y la defensa de su democracia”, remarcó.
En su carta también aclaró que la pensión que percibe proviene del Banco de México, como resultado de su trabajo técnico en la renegociación de la deuda externa en la década de 1980 a través del FICORCA, un mecanismo que —según dijo— generó beneficios para el Estado. Explicó que renunció voluntariamente a su pensión de expresidente cuando aceptó este retiro bancario, el cual considera legal y merecido.
Finalmente, pidió a la presidenta que transparente el origen y los costos de los recursos públicos asignados a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, a quien acusó de gozar de “enormes beneficios” tras dejar el cargo. “Ante la insidiosa e ilegal referencia de la presidenta Sheinbaum a mi pensión del Banco de México, cabe demandarle que aclare con todo detalle el fundamento jurídico y el costo de los enormes beneficios que goza López-Obrador en su simulado retiro con cargo al erario público”, concluyó el expresidente.