Sebastian Gorka, actual director antiterrorismo de la Casa Blanca, aseguró este 15 de mayo que más de 500 mil personas en México se encuentran involucradas en actividades delictivas organizadas por cárteles, muchas de ellas obligadas a participar bajo coacción. Así lo declaró durante una entrevista concedida a la periodista Dasha Burns.
El funcionario estadounidense destacó la gravedad de esta situación y subrayó el interés común entre México y Estados Unidos para erradicar la influencia de estas organizaciones sobre la ciudadanía. “Hay estimaciones de que más de 500 mil ciudadanos mexicanos trabajan para los cárteles, en muchos casos, bajo presión. Nos gustaría ver a esos mexicanos libres del flagelo de los cárteles, al igual que lo quisiera la Presidenta de México y todos los demás”, expresó.
Gorka también hizo énfasis en que este fenómeno no solo daña la estabilidad de México, sino que representa un riesgo directo para la población estadounidense, lo que refuerza la necesidad de una colaboración bilateral más profunda.
En este sentido, señaló que el gobierno de Estados Unidos mantiene una relación de cooperación estrecha con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad, encabezado por Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Respecto a la posibilidad de un despliegue militar estadounidense en territorio mexicano para enfrentar a los cárteles, Gorka evitó dar detalles específicos y se limitó a comentar que “no es algo que vaya a discutir en este momento”. Añadió que cualquier acción se encuentra sujeta a las decisiones del Asesor de Seguridad Nacional, Stephen Miller, y del Secretario de Defensa, Pete Hegseth, además de requerir el consenso de las autoridades mexicanas.
“Lo estamos haciendo en consulta con el Gobierno mexicano, que tiene la responsabilidad de asegurar que los cárteles no controlen partes de México como lo hacen actualmente”, precisó.
El funcionario estadounidense reiteró que cualquier intervención se realizará en coordinación con el gobierno mexicano, dejando claro que la lucha principal contra los cárteles debe recaer en manos de las instituciones nacionales. No obstante, afirmó que la cooperación entre ambas naciones resulta indispensable para resolver una problemática que afecta directamente la seguridad interna de ambos países.
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