Hablando Franco

Hablando Franco

Judith Franco Ainza

Se tiñen de sangre carreteras de la Costa de Hermosillo

Un fin e inicio de semana por demás lamentable vivimos los hermosillenses en este final de medio año, con la muerte en trágicos accidentes, de cinco personas, todas productivas y tres de ellas jóvenes, incluyendo una madre de gemelos, una agente de la Policía Municipal recién graduada de Químico Biólogo y un joven trabajador del Cobach en Bahía de Kino.

El viernes quedamos impactados con la magnitud de un accidente en la carretera 100, que nos lleva a Bahía de Kino, en donde un pick up impactó una camioneta, y murieron dos residentes del ejido Carrillo Marcor, que se dedicaban a la venta de comida en los campos, así como una madre de gemelos de 12 años, quien también laboraba en la zona.

Lamentablemente, los accidentes nadie los planea y una mala decisión al tomar el carril contrario en una zona que se recorría diario por los tripulantes del pick up, que eran padre e hijo, acabó con su vida y con la de madre de familia que venía de trabajar, además un hombre que viajaba en la parte posterior salió herido de gravedad.

En la misma carretera y apenas a unos kilómetros de diferencia, horas después, en la madrugada del sábado, ocurrió el segundo hecho fatídico, donde dos mujeres integrantes de la Policía Municipal, quienes viajaban en el pick up de la víctima mortal, tuvieron la mala suerte de impactar un caballo que salió en forma intempestiva provocando el volcamiento.

Brizeth Fernanda Castro Soto, acababa de graduarse de la Licenciatura en Ciencias Químicas por la Universidad de Sonora, fue alumna de mi hermana, y trágicamente quedó con severo traumatismo craneoencefálico y murió el domingo, mientras que su acompañante, Elizabeth es reportada grave.

Y para colmo, en la madrugada del domingo, ocurrió otro accidente mortal en la carretera que lleva de Bahía de Kino a la comunidad Seri de Punta Chueca, en donde dos parejas viajaban a bordo de un auto sedán, a exceso de velocidad, y tal vez por cansancio o dicen que por el consumo de alcohol, sobrevino el volcamiento que cobró la vida de un joven.

Brayan Missael, de 25 años, quien laboraba en el Cobach de Bahía de Kino, murió y sus tres acompañantes son reportados graves, entre ellos una de las mujeres, quien tiene traumatismo craneoencefálico severo y fue trasladada a la clínica 14 del IMSS.

De más está decir que las comunidades del ejido Carrillo Marcor y de la comisaría Miguel Alemán, así como las y los compañeros de la oficial fallecida, tanto en la corporación policiaca, como en la Unison, así como del Cobach Bahía de Kino, además de familiares y amigos, están sumidos en el dolor y consternación ante las pérdidas inesperadas.

Quisiéramos pensar que estos trágicos acontecimientos despertarán la conciencia de quienes se preparan para salir de vacaciones en el próximo periodo de verano, pero como decían los abuelos, “nadie escarmienta en cabeza ajena”, pero ojalá que en esta ocasión nos equivoquemos y tengamos saldo blanco.

Las drogas enervan a las personas al grado de la barbarie

A pesar de los 20 años que tenemos cubriendo la fuente policiaca, no deja de sorprendernos hechos como los ocurridos este domingo, cuando en un domicilio de la colonia Floresta fue hallado un cuerpo decapitado y poco después la cabeza fue localizada en una hielera en el baño de una plaza comercial al norte de Hermosillo.

De acuerdo con la información preliminar de la Fiscalía de Justicia el hecho estaría relacionado con la ingesta de drogas por parte de la víctima y la persona que lo agredió, quien al parecer ya está identificada.

No nos podemos imaginar en qué grado de intoxicación debe de encontrarse una persona para incurrir en esa acción de barbarie y como sociedad nos debe de preocupar y enfocarnos en ver lo que hacen nuestros jóvenes.

De hecho, de acuerdo con información de la encargada de los Centros de Integración Juvenil, la edad de “mayor tentación” para las y los jóvenes es en la preparatoria, en la que desean experimentar con lo que encuentran a su alcance, aunque también hay quienes inician a edad menor y otros en su vida adulta.

Sin embargo, si tenemos identificada una edad de riesgo, hay que poner más atención y a la primera señal de alarma tomar cartas en el asunto, y ello va desde fumar tabaco y alcohol a corta edad, porque son la puerta para las drogas ilegales.

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