Judith Franco Ainza
Cimbra feminicidio de madre e hijas a hermosillenses
No hay palabras que sean suficientes para describir el horror de ver a tres niñas, abrazadas, vestidas con sus pijamas de ositos, tiradas en la tierra y con impactos de bala, es algo impactante y que difícilmente se borrará de nuestra memoria.
Y lo peor, el silencio, el tratar de “matizar” la información por parte de las autoridades encargadas de procurar justicia, al informar el hallazgo “de tres personas”, y si, tienen razón, eran tres personas, cuidándose inicialmente de mencionar eso, eran niñas, asesinadas y abandonadas como si no fueran seres humanos.
Alguien cuestionaba la edad, qué importa, aun cuando fueran mayores de edad, no hay justificación para la barbarie que se vivió el pasado sábado en la Costa de Hermosillo.
Fue en las primeras horas de la mañana del domingo cuando la Fiscalía de Justicia corroboró lo que había circulado profusamente en redes sociales, las víctimas eran dos gemelas de apenas once años y su hermanita de nueve, a ella la trataron de proteger y la abrazaron, sin embargo, las balas de grueso calibre atravesaron sus cuerpecitos.
Además, en el reporte, se corroboró que las niñas eran hijas de la mujer hallada asesinada en un predio cercano la mañana del viernes, quien también tenía impactos de bala.
En un segundo comunicado, la Fiscalía de Justicia informó horas después que fue capturado la pareja sentimental de la mujer y padrastro de las pequeñas, a quienes atribuyeron que se dedicaba a labores de narcomenudeo y pertenece a un grupo delictivo, como si eso justificara la masacre.
De más está decir que la información trascendió a todo el país, organismos sociales han demandado justicia para las víctimas y la única autoridad que emitió su pesar fue el presidente municipal, Antonio Astiazarán a través de su cuenta de X.
A esta innombrable matanza del sábado, se sumaron tres hechos violentos con diferencia de unas horas que dejaron a un hombre ejecutado, otro herido en otro ataque armado y uno más lesionado tras una persecución y enfrentamiento con elementos estatales, al ser detectados cuando viajaban en un auto robado.
Parece que alguien abrió la puerta para que los malhechores llegaran a Hermosillo a desestabilizar la ciudad, vaya usted a saber con qué fines, pero a final de cuentas todos saldremos pagando los platos rotos, porque ante esta violenta cualquiera puede estar en la hora y momento equivocado y pagar las consecuencias.
De los adelantados nos guarde Dios…siguen ignorando llamados
Dio mucho que pensar el boletín emitido por el partido Morena el pasado sábado, en el que aclaró que en ese instituto político se respeta los tiempos electorales, en lo que fue el segundo intento de darles un “estate quieto” a los adelantados.
Y es que el representante nacional del Partido del Trabajo, Benjamín Robles Montoya, intentó quedar bien y candidateó al secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo como “su gallo” a la gubernatura mientras que, a la innombrable diputada federal, Diana Karina Barreras, la propuso a la alcaldía de Hermosillo.
Ya lo había dicho con anticipación el gobernador Alfonso Durazo que son tiempos de trabajar y no de andar candidateándose, pero pues no falta el que quiere quedar bien y la riega.
Además, parece que no son los perfiles previstos para los citados cargos, así que, si quisieron hacer un madruguete, sonó más a debut y despedida.
Lo que es un hecho es que son muchos los desesperados en aparecer el próximo proceso electoral en las boletas y las zancadillas y picadas de ojos, están a la orden del día, desatendiendo por completo el llamado que han hecho el gobernador Durazo y ahora el partido gobernante.
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