Se imponen por 31-28; Parece que la dinastía de Kansas City empieza a desvanecerse
Agencias
La dinastía de Kansas City empieza a escuchar ruidos que antes no existían. Los Jaguares la hicieron tambalear con una victoria 31-28 que no sólo quitó una racha de ocho triunfos seguidos, también desnudó la fragilidad de un equipo que parece vivir más de su pasado que de su presente
Cuando parecía que Jefes lograría su tercera victoria de la temporada al anotar con poco más de un minuto en el último periodo, Trevor Lawrance guió una ofensiva de 60 yardas para anotar un dramático touchdown.
Lawrance alineó a su ofensiva a una yarda de anotar. Tomó el balón y al retrasarse tropezó sin que ningún jugador lo tocara. El quarterback se logró parar y avanzó a las diagonales para enloquecer a los aficionados que acudieron al EverBanck Stadium.
Jaguares no sólo se quitó el yugo de ocho derrotas en fila con Jefes, incluidas cinco en la era de Patrick Mahomes, también sumó su cuarto triunfo para posicionarse como un legítimo contendiente en la AFC.
Kansas City vuelve a estar debajo de .500.
Patrick Mahomes, el termómetro de todo lo que sucede en el Arrowhead, tuvo una noche gris. Lanzó 318 yardas con un pase de touchdown, pero también una intercepción que cambió el partido. Devin Lloyd la devolvió 99 yardas hasta la zona de anotación, la clase de jugada que deja cicatrices. Fue el quinto pick-six en la carrera del quarterback y una de las pocas veces que su improvisación terminó en tragedia.
La defensa tampoco estuvo a la altura. Permitió que Trevor Lawren anotara en el último drive, algo que no era común en el departamento que dirige Steve Spagnuolo.
Durante su racha previa de ocho triunfos sobre Jacksonville, Kansas City dominó con autoridad. Esta vez fue distinto. Los Jaguares expusieron grietas, provocaron imprecisiones y demostraron que ya no son un rival que se conforma con competir.