Pese a las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de usar la fuerza militar contra los cárteles de la droga, altos funcionarios mexicanos aseguran que no temen una intervención de Estados Unidos, ya que la cooperación bilateral en materia de drogas y migración es demasiado sólida. Los funcionarios, que hablaron bajo anonimato, señalaron que una acción unilateral de Washington podría poner en riesgo los resultados de esta colaboración.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido categórica en rechazar la intervención militar estadounidense. “Bajo ninguna circunstancia el pueblo de México aceptará intervenciones que violen nuestro territorio”, declaró recientemente. Esta firme postura, sorprendentemente, ha tranquilizado incluso a miembros del Cártel de Sinaloa, quienes dijeron no temer ataques estadounidenses y estar más enfocados en conflictos internos. Un agente del cártel argumentó que la intervención “nunca sucederá” porque Sheinbaum no la permitiría.
Analistas advierten que la interdependencia económica entre ambos países (con un flujo comercial de $950 mil millones de dólares anuales) y la Constitución mexicana son barreras clave contra la intervención.
Funcionarios de la administración Trump también han priorizado la colaboración, sugiriendo que la necesidad de una acción unilateral ha disminuido gracias a los esfuerzos mexicanos. México ha reportado avances significativos en el primer año de Sheinbaum, incluyendo una reducción de homicidios en casi un tercio y la detención de 35,000 personas por delitos graves, lo que ha sido visto por la administración Trump como una respuesta a sus amenazas.
A pesar de la confianza del gobierno, expertos como David Mora del International Crisis Group alertan sobre la volatilidad de Trump, señalando que la cooperación de México “nunca es suficiente para Estados Unidos”. Por su parte, algunas encuestas muestran que un 31% de los mexicanos acogería una intervención si con ello terminara la violencia.