Un violento motín en el Centro de Reinserción Social de Tabasco (CREST) dejó un saldo de siete personas fallecidas y diez heridos, incluyendo cuatro policías, tras un intento fallido de las autoridades para trasladar a dos reclusos considerados generadores de violencia.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, el enfrentamiento comenzó a las 5:00 de la mañana del 19 de diciembre, cuando las fuerzas de seguridad intentaron ejecutar el traslado de Javier “N” y Gerardo “N”. Los agentes fueron recibidos con disparos y actos vandálicos, como la quema de muebles y basura en los patios del penal, lo que derivó en una confrontación que se prolongó por más de cuatro horas.
Entre los fallecidos identificados están Jorge Francisco “N”, Marcelo “N”, Mario de Jesús “N”, Alejandro “N”, Iván “N”, Cristhian “N” y Antonio “N”. La Fiscalía informó que ya inició las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos.
Durante el operativo, las autoridades lograron asegurar a Gerardo “N” tras tres horas de resistencia. Sin embargo, la situación escaló cuando Javier “N” y un grupo de aproximadamente 20 internos continuaron disparando contra los elementos de seguridad. No fue hasta las 9:15 de la mañana que Javier “N” fue detenido en el Módulo 4 del penal.
El gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, junto con Víctor Hugo Chávez, titular de la Secretaría de Seguridad, presentó un informe sobre los hechos, destacando los materiales incautados. En el lugar se encontraron un fusil AR-15, cinco pistolas, una granada de fragmentación, cargadores, cartuchos, machetes, cuchillos y armas hechizas. También se decomisaron drogas, entre ellas 460 dosis de marihuana, 81 de cocaína en piedra, y un kilo 400 gramos de marihuana. Además, se confiscaron siete celulares y cinco radios de comunicación.
El motín evidenció la persistente presencia de armas y sustancias ilícitas dentro del centro penitenciario, así como las limitaciones del sistema penitenciario para controlar a los internos de alta peligrosidad. Lo que comenzó como un operativo para mitigar riesgos terminó en un episodio de caos y violencia que pone en el centro del debate las condiciones de seguridad y gobernabilidad en los penales de México.