Karla Montaño
El Carnaval de Guaymas cumplió con la expectativa de la mayoría de la gente. Hasta hoy ha sido una fiesta digna, con programa de nivel, alta participación, un operativo confiable y buenas ventas, al igual que el año pasado cuando se evolucionó para ser nuevamente un evento internacional. El éxito de la alcaldesa Karla Córdova González no es casualidad, hay un trabajo de todo un año en la planeación y en la organización, la incorporación de cientos de personas para diseñar un esquema de fiesta muy parecido a los años de gloria del Carnaval pero con las novedades y atractivos para las nuevas generaciones. Uno de los grandes aciertos son los grupos locales contratados todos los días en espacios especiales a lo largo de toda la zona de bailes, ellos son espectáculo aparte de los conciertos grandes que este año fueron de primer nivel logrando lleno total en cada noche en el malecón turístico. Misma respuesta que hubo con artistas de casa, de hecho ni los mismos organizadores pensaron en que les iba a ir tan bien con esa decisión aplaudida por el grueso de la asistencia. Otro punto bueno fue traer a una influencer como Karina Torres cuyo arrastre en la niñez y la juventud es considerable y resultó toda una sorpresa la aceptación del público de Guaymas y de Visitantes, conquistando a todos por su simpatía y carisma. Los carros alegóricos son de calidad, las comparsas se han lucido con sus coreografías y el equipo de logística ha hecho trabajo aceptable en el desfile con miles de personas reunidas en la ruta de la Serdán y la calle 20. Claro que con todo y éxito el gobierno tiene gran área de oportunidad en eventos como la quema del mal humor y la coronación de la corte real, además del Carnaval cultural que se espera estén mucho mejor el año entrante, con más ingenuo y mejor show artístico, con lo que aumentarían el atractivo del programa como pasa en otros puertos. Lo más destacado es que contra lo que se pensaba, el Carnaval de Guaymas ahora sí es digno de presumirse, tiene espacio para todos, familias, parejas, grupos de adultos mayores y de jóvenes, todos caben en una fiesta diseñada para divertir y que genera beneficios en comerciantes y significa promoción para un destino turístico en crecimiento.