El tema de la semana es el Carnaval de Guaymas cuyo crecimiento ha impactado a propios y extraños. En un balance objetivo, lo mejor de la fiesta fue la participación de unas 3 mil personas en el desfile de carros alegóricos y comparsas, en el cual destacaron artistas de la danza que tienen academias en Guaymas y en Empalme cuyo profesionalismo ha elevado el nivel del evento más concurrido de todo el programa. En el recorrido que fue otra vez por la avenida Serdán, brillaron por su talento, niños, niñas, jóvenes y adultos, que se prepararon durante meses para provocar los aplausos de familias reunidas de forma masiva en la ruta por la calle 20 y la Serdán. Como punto a favor, la organización fue aceptable, un poco mejor que el año pasado con todo y errores que se pudieron evitar, la realidad es que el evento en general fue un rotundo logro para la agenda de la presidenta municipal que ha tenido grandes aciertos al incluir a grupos musicales de la localidad y a grandes estrellas de la industria del arte. Como en toda fiesta no se salvan de fallas como en las trasmisiones en vivo por la cuenta oficial que estuvo plagada de desaciertos debido a la contratación de personas de Hermosillo sin conocimiento en el Carnaval ni en sus personajes. También faltó más trabajo en comunicación hablando de Guaymas, porque en otros municipios como en la capital sí lo hicieron muy bien para promover la fiesta en otro nivel, nada más que no se puede olvidar que para llegar a destacar en Sonora hay que empezar en casa y la omisión terminó por pasarle factura alta a los del comité de festividades. Pero entre las cosas malas el Ayuntamiento no fue el responsable sino la gente mal educada, como nunca se vio desorden en las calles que de por si se llenan de gente y carros durante el desfile pero nunca al grado de bloquear ambulancias o el cuartel de Bomberos. Tampoco se había visto que lanzarán cascarones con objetos como picadientes y líquidos tóxicos como si la premisa fuera lastimar a quienes hacen de la fiesta todo un espectáculo. Lamentablemente la mayoría de quienes cometieron esas faltas son menores de edad alentados por sus padres por eso no hubo detenidos aunque debería porque las autoridades no pueden permitir más faltas de respeto ni riesgo de los participantes en el recorrido de carros alegóricos y comparsas. Los artistas de Guaymas y Empalme no son blanco de guerra ni objetivo de personas antisociales, son el alma de una fiesta que ha sido rescatada de la decadencia y que por triste que se escuche, no va a crecer si no se cambia la mentalidad de algunos sin educación ni respeto a los demás. Por eso el gobierno se quedó corto en su intento por mantener el orden en eventos familiares, ya no en los bailes donde siempre hay riñas y escándalo como efecto del consumo de alcohol. En el desfile tendría que ser diferente y aunque por ser un evento masivo, no pasó gran cosa, el simple hecho de que existan personas que arrojen cosas a los carros y a artistas es digno de analizar y de castigar, ojalá que el año que viene no haya tanta tolerancia. En resumen, fue una buena fiesta, con temas a corregir en áreas significativas y también con resultados dignos de presumir gracias a que hay continuidad en el trabajo y que para disfrute de guaymenses, el Carnaval se ha planeado como un evento para el pueblo, no para saciar la ambición de funcionarios.
