Sin previo aviso claro, varios de los principales museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la Ciudad de México cerraron sus puertas este martes 3 de junio, dejando perplejos e inconformes a cientos de visitantes nacionales y extranjeros. Entre los recintos afectados se encuentran el Museo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec, el Museo del Templo Mayor, la Galería de Historia Museo del Caracol, el Museo de El Carmen y el Museo Nacional de las Intervenciones.
En los accesos de los recintos solo se colocaron cartulinas que anunciaban el cierre “por causas de fuerza mayor”, sin mayor explicación ni fecha de reapertura. No obstante, trabajadores del INAH —custodios y personal administrativo— señalaron que el verdadero motivo es la falta de personal de seguridad, tras un conflicto derivado del cambio de empresa de vigilancia, sustituyendo a policías de la Secretaría de Seguridad Pública por una firma privada.
El guía Jesús Torres, testigo del cierre en el Castillo de Chapultepec, denunció que el problema va más allá: “Es una bola de nieve que empezó hace meses. Hay recintos sin agua, sin papel higiénico, sin sistema. Falta presupuesto”. Añadió que trabajadores acusan corrupción por parte de autoridades del INAH, lo cual ha provocado un ambiente de abandono en los museos.
Por la tarde-noche, el INAH emitió un comunicado oficial confirmando que el cierre responde a un proceso de transición de la empresa de seguridad, derivado de una licitación pública federal concluida el 30 de mayo. El instituto explicó que, para evitar riesgos al patrimonio nacional y al personal, se determinó cerrar los recintos temporalmente mientras se realizaba el cambio de custodios.
El INAH aseguró que la empresa adjudicada se comprometió a garantizar la seguridad y permitir la reapertura de los museos a partir del miércoles 4 de junio. En caso de incumplimiento, se advierte que se aplicarán sanciones administrativas.
Mientras tanto, la falta de claridad, logística y comunicación ha generado molestia entre turistas, trabajadores y defensores del patrimonio, que exigen respuestas y medidas urgentes para evitar que la cultura nacional quede a la deriva por falta de planeación y presupuesto.