Liga su séptimo triunfo al hilo; Durante el encuentro que terminó con marcador de 10-7 imperaron faltas y errores por parte de ambos equipos
Agencias
En una fría y ventosa noche en el Empower Field, los Broncos de Denver tuvieron que recurrir a su defensa para salir con vida frente a unos combativos Raiders de Las Vegas, que pese a su complicada temporada estuvieron muy cerca de sorprender.
El marcador final, 10-7, reflejó un partido tenso, con muchas faltas y errores en equipos especiales en la Semana 10 de la NFL
Con este resultado, los Broncos mejoraron su marca a 8-2, la mejor de toda la NFL, y extendieron su impresionante racha de 10 victorias consecutivas como locales. Sin embargo, el desempeño no fue el más brillante: el ataque volvió a mostrarse trabado y sin ritmo ante unos Raiders (2-7) que, pese a haber perdido recientemente al receptor Jakobi Meyers, pelearon cada yarda hasta el final.
El héroe de la noche no fue el mariscal Bo Nix, sino la defensa. Los Denver Broncos capturaron seis veces al quarterback Geno Smith, controlando completamente el juego terrestre y anulando las principales armas ofensivas de Las Vegas.
Aun así, los locales iniciaron lentos, con apenas seis yardas en el primer cuarto, y se vieron abajo tras una carrera de Ashton Jeanty que puso el 7-0.
La respuesta llegó hasta el segundo cuarto, cuando Nix encontró a Troy Franklin en una conexión de 11 yardas que empató el duelo. El marcador se mantuvo cerrado hasta que un bloqueo de despeje de J.L. Skinner cambió el rumbo del encuentro.
A partir de esa jugada, el pateador Wil Lutz aprovechó la oportunidad y conectó un gol de campo de 32 yardas en el cierre del tercer cuarto para poner el definitivo 10-7.
n los últimos minutos, el equipo de Las Vegas Raiders tuvo la opción de empatar después de una intercepción de Kyu Blue Kelly, pero Daniel Carlson falló su intento de gol de campo de 48 yardas.
A partir de ahí, Denver manejó el reloj con autoridad y terminó el encuentro en formación de victoria, asegurando su séptimo triunfo consecutivo.
Aunque la ofensiva sigue sin despegar, los Denver Broncos mantienen el paso firme en lo más alto de la liga gracias a una defensa que ya acumula 46 capturas en la temporada, la cifra más alta para un equipo en sus primeros 10 juegos desde 1990.
En Colorado, la fórmula parece clara: si el ataque no brilla, la defensa se encarga de mantener viva la racha ganadora.