Un creciente uso de drones por parte del crimen organizado ha sido detectado en la frontera entre México y Estados Unidos desde febrero de 2022, según revelaron autoridades de seguridad estadounidenses. Más de 155 mil vuelos de estos dispositivos, presuntamente operados por cárteles del narcotráfico, han sido registrados cruzando al espacio aéreo estadounidense, principalmente con fines de espionaje.
De acuerdo con la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), los drones han sido utilizados para monitorear a las agencias federales encargadas de vigilar la frontera sur, con especial intensidad en áreas de alto riesgo como el Valle del Río Grande, en Texas. “La mayoría de estas actividades se concentran en la región suroeste del país, en el sur de Texas hemos visto esta táctica con mucha intensidad”, señaló Gloria Chávez, jefa del sector Río Grande de la CBP.
Los dispositivos no solo graban movimientos del personal de seguridad, sino que también permiten a los grupos criminales recabar datos tácticos en tiempo real, incluyendo rutas de patrullaje, puntos ciegos, y momentos adecuados para realizar cruces ilegales de personas o droga.
Además de la vigilancia, algunos drones han sido detectados transportando cargamentos ilegales. Chávez confirmó: “En 2023, detectamos un dron que cargaba más de siete libras de cocaína, y anteriormente también se registraron cargas con metanfetaminas en la zona de Ciudad Juárez y El Paso”.
Aunque aún no se ha documentado el uso de drones con armamento, existe preocupación por su potencial. “Hemos visto videos con este tipo de drones (…) esto es riesgoso para los agentes en ambos lados de la frontera”, advirtió Chávez.
En respuesta, la CBP ha reforzado su estrategia tecnológica, incluyendo sistemas que permiten identificar y replicar señales de drones para aprovechar la información con fines de inteligencia. Además, se ha fortalecido la cooperación con agencias mexicanas para contener esta amenaza transfronteriza.
La estrategia integral también contempla mejoras en infraestructura y equipamiento. “La inversión no se limita a drones. También se destinan recursos a reparar vehículos, sistemas eléctricos, luces y otros equipos logísticos. El compromiso del Departamento de Defensa ha sido notable, con reuniones cada ocho semanas para coordinar esfuerzos de apoyo”, agregó Chávez.
Actualmente, más de 6,400 elementos del Ejército, la Guardia Nacional y otras fuerzas federales están desplegados desde California hasta Texas. Solo en Texas, cerca de 4,000 efectivos de la Guardia Nacional participan activamente en tareas de seguridad fronteriza para frenar las actividades ilícitas impulsadas por estas tecnologías emergentes.
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