EDITORIAL

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26 años de ver con el corazón

Un 7 de junio de 1999 nació una mirada a la realidad. No una cualquiera: una mirada de pueblo, de calle, de sol partido a la mitad sobre los cerros de Guaymas y las brechas de Empalme.

Nació el periódico El Vigía, bajo la convicción firme de don Alejandro Padilla Reyes, entrañable fundador y guía quien soñó con un medio que no se deslumbrara con los reflectores del poder, sino que apuntara su lente y su pluma hacia la realidad diaria de la gente común.

Que la noticia no fuera lo que dictara el escritorio de algún funcionario, sino lo que dolía en las casas: la falta de agua, el camión que no pasa, la violencia que arrebata, el salario que no alcanza. Con el respaldo, el impulso y el invaluable apoyo de su querida esposa Gloria Ruíz de Padilla, don Alejandro logró cristalizar ese anhelo y llevarlo a los hogares de familias en Guaymas, Empalme y Sonora, siempre con la verdad plasmada con oportunidad y bajo la premisa de generar opinión porque para Alejandro y Gloria lo más importante siempre fueron los ojos, la mente y el buen criterio de quienes leen El Vigía.

Hoy, 26 años después, bajo la Dirección General de Alejandro Padilla Ruíz, la dirección local de Luis Héctor Padilla Ruíz, aunado al esfuerzo de Mario y Gloria Padilla Ruíz, Grupo Editorial Padilla Hermanos sigue ese legado y El Vigía no solo es un periódico. Es memoria colectiva. Es testigo incómodo. Es ese pedazo de historia que se escribe todos los días, incluso cuando hay quienes no quieren contarla.

Hemos estado ahí. Cuando la bahía fue promesa de saneamiento y cuando fue tragedia de inundación. Cuando el huracán desbarató techos y también cuando una comunidad entera se organizó para volver a levantarlos. Cuando la pandemia nos encerró y tuvimos que despedir, sin abrazos, a quienes partieron.

Cuando la política dio giros, y con ella la esperanza y el desencanto. Hemos sido altavoz, archivo, muro de denuncias, vitrina de buenas noticias, espejo de los días difíciles. No ha sido fácil, pero sí gratificante compartir historias, plasmar verdades, revelar realidades. Y aquí seguimos.

Porque hay lectores, lectoras, porque hay ciudadanos y ciudadanas que creen en el valor de la información veraz, sin adornos, sin maquillajes, sin intereses ocultos. Porque en cada colonia hay una historia que merece contarse. Porque la verdad no pasa de moda, aunque algunos insistan en desprestigiarla.

A lo largo de estos 26 años hemos acompañado nacimientos y despedidas, elecciones y desilusiones, reconstrucciones y ruinas. Hemos sido testigos del crecimiento, de las pausas, de los tropiezos y de los pasos firmes. Y aunque los tiempos han cambiado, las redacciones son ahora también digitales, las noticias viajan a través de pantallas, y los teléfonos suenan más que las rotativas, el alma de El Vigía sigue intacta.

Hoy es momento de agradecer. A las y los lectores que nos han acompañado desde el inicio, cuando el papel aún olía a tinta fresca. A quienes recortaban las notas y las pegaban en el refrigerador. A quienes han esperado el periódico para ver si su denuncia había sido publicada. A quienes nos han corregido, nos han retado, nos han exigido ser mejores. Porque gracias a ustedes, seguimos creyendo que vale la pena mirar como inquebrantable vigía y contar lo que la sociedad necesita saber. Este aniversario es también una promesa. El Vigía seguirá aquí sin rendirse. Con la misma vocación con la que don Alejandro fundó este medio: la de mirar con el corazón. Y con la certeza de que, pase lo que pase, siempre habrá algo que contar. Porque mientras haya pueblo, habrá periodismo. Gracias por 26 años de confianza. Sigamos caminando juntos que la verdad fortalece y debe compartirse.

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