En una conferencia mañanera llena de simbolismo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió su cuarta dosis de la vacuna contra el COVID-19 y su vacuna anual contra la influenza. Este acto se llevó a cabo en el contexto del inicio de la campaña de inmunización para la temporada invernal, que comenzó el 16 de octubre.
El mandatario mexicano optó por la vacuna Abdala, desarrollada en Cuba, argumentando que es segura y beneficiosa. “Las dos de una vez. Es importante, es mejor prevenir, mucho mejor, los invito a todos; las vacunas son muy seguras y ayudan”, expresó el presidente López Obrador mientras se preparaba para la aplicación de las vacunas.
Con su característico sentido del humor, el presidente bromeó sobre su elección de brazo para la aplicación, afirmando que no usó su brazo derecho porque “perdió los astros”. Tras la rápida administración de las dos dosis, López Obrador comentó que “ni se sintió nada” y compartió anécdotas sobre la implementación de la distribución de libros de texto gratuitos y la promoción de la salud a través de las vacunas por parte del expresidente Adolfo López Mateos.
Los funcionarios presentes en la conferencia aplaudieron al presidente López Obrador al finalizar la aplicación de las vacunas, mientras él explicaba la actual campaña de vacunación contra el COVID-19 e influenza, destinada a prevenir contagios durante el invierno.
Además, López Obrador anunció que los asistentes a la conferencia, incluyendo a los reporteros, podrían recibir las vacunas siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos, como ser mayores de 60 años, tener alguna comorbilidad o estar embarazadas. Esto refuerza su compromiso con la inmunización de la población.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, aprovechó la ocasión para vacunarse contra ambas enfermedades, y el presidente hizo un llamado a no dejarse confundir sobre la calidad de la vacuna Abdala, subrayando que todas las vacunas aplicadas pasan por rigurosas pruebas de calidad.
En otro anuncio importante, el presidente adelantó que se tiene previsto permitir la comercialización de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer a finales de noviembre. Aunque se mencionó un posible costo de hasta 5,000 pesos por dosis, el presidente aclaró que el precio final no superaría los 500 pesos. Este anuncio busca garantizar el acceso a la vacuna para la población mexicana.