Un estruendoso recibimiento en Villahermosa, donde la actual Miss Universo 2025, Fátima Bosch, se mostró sumamente animada bailando ante sus paisanos, desató una serie de reacciones encontradas y momentos que se volvieron virales en plataformas digitales. El evento, que sirvió como bienvenida oficial a México el pasado 14 de diciembre, dio pie a diversos memes, especialmente tras captarse el instante en que el personal de seguridad debió cargar a la reina de belleza para que bajara de la plataforma del carro alegórico ante su aparente negativa a interrumpir el festejo. Ante esto, los seguidores del certamen bromearon sentenciando: “Este es el verdadero ‘no me voy, me llevan'”.
En este contexto, la ganadora del título en 1991, Lupita Jones, manifestó su postura sobre el comportamiento de la joven tabasqueña. Aunque la experimentada figura del modelaje admitió que Bosch posee una gran espontaneidad, enfatizó la necesidad de que ajuste su conducta a su nuevo estatus de representante global. Según Jones, la nueva monarca “Tiene que darse cuenta de que ya subió bastantes escalones de lo que fue ser la flor Tabasco. Esa parte la tiene que entender y la gente que esté alrededor de ella también lo tiene que entender porque representas a una mujer, representas esta exaltación de la feminidad a nivel mundial”.
La mentora sugirió además que la actual Miss Universo requiere de un grupo de asesores que le ayuden a consolidar una mejor imagen pública, dado que las miradas de todo el mundo están puestas sobre ella. Jones fue tajante al señalar que la joven de 25 años “Tiene que aprender a vivir ahora con esta investidura de ser Miss Universo toda su vida”. Aunque trató de mostrarse empática con el valor de las costumbres regionales, subrayó la distinción entre un festejo popular y la corona mundial al reiterar que “La flor Tabasco es una cosa que está muy padre, qué bonito, un tema de una fiesta para el pueblo está divino, pero Miss Universo no es la flor Tabasco”.
A pesar de las controversias y las acusaciones de fraude que han rodeado su triunfo desde la noche de la coronación, el desfile navideño en su tierra natal permitió ver a una Fátima Bosch relajada y conectada con los miles de asistentes que abarrotaron las vialidades para ovacionarla. No obstante, para figuras consagradas como Jones, la transición de ser una figura de una feria estatal a un icono de la feminidad internacional exige una responsabilidad y un protocolo que Bosch debe comenzar a adoptar de manera definitiva.