La segunda convocatoria a la marcha de la denominada Generación Z en la Ciudad de México tuvo una participación mínima. El contingente que partió del Ángel de la Independencia apenas reunió a menos de 150 manifestantes, en su mayoría adultos y adultos mayores que se identificaron como “padres” de los jóvenes. En Ciudad Universitaria (CU), el punto de reunión permaneció vacío.
La movilización no superó las dos centenas de personas en su punto máximo, y la participación fue tan escasa que el bloque lució más grande por la presencia de medios de comunicación y vendedores ambulantes.
Durante la semana previa, se expuso que uno de los principales organizadores tiene contratos vigentes con el Partido Acción Nacional (PAN). Las consignas durante la marcha se dirigieron principalmente contra Morena y el gobierno federal. Algunos asistentes argumentaron la baja respuesta juvenil por temor a la represión y porque “muchos están trabajando”.
El contingente fue bloqueado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, primero a la altura de la glorieta de las mujeres que luchan, y posteriormente en las calles 5 de Mayo y Palma, a una cuadra del Zócalo, forzando a los manifestantes a retirarse.
Tras la marcha, la Secretaría de Gobierno capitalina reportó que cuatro jóvenes fueron presentados ante un juez cívico por participar en una riña, y uno más fue puesto a disposición del Ministerio Público por posesión de drogas.