Las intensas lluvias registradas desde el 2 de agosto y el colapso del sistema de drenaje provocaron severas inundaciones en los municipios de Chalco de Díaz Covarrubias y Valle de Chalco, en el Estado de México, afectando a cientos de familias que habitan al menos 600 viviendas, según reportó Greenpeace México. Las consecuencias de este desastre incluyen no solo la pérdida de bienes materiales, sino también el desalojo de residentes, brotes de enfermedades, malos olores por aguas residuales, daños en las vías de comunicación, un aumento en la pobreza económica y problemas de salud mental.
Greenpeace México señaló que estas inundaciones no son solo un desastre aislado, sino que reflejan problemas estructurales profundos relacionados con el cambio climático y la mala gestión del agua. La organización recordó que situaciones similares se presentaron en la misma zona en los años 2000 y 2010, tras la ruptura del Canal de la Compañía.
En su informe, Greenpeace destacó que “los impactos del cambio climático son cada vez más visibles a lo largo del país”, señalando que el cambio en la distribución de las lluvias ha traído periodos más largos de sequía y eventos de precipitación más extremos. Entre 1980 y 2018, el porcentaje de días con lluvias extremas aumentó del 6% al 9% anual, incrementando la vulnerabilidad a inundaciones y deslaves en áreas como Valle de Chalco.
La organización subrayó la importancia de “fortalecer los mecanismos de prevención como las alertas tempranas y los protocolos de protección civil” para proteger a las poblaciones más vulnerables, incluyendo a adultos mayores y niños. También hizo hincapié en la necesidad de actualizar los “atlas de riesgo a nivel subnacional” para evaluar con mayor precisión las vulnerabilidades y desarrollar políticas de adaptación efectivas.
Greenpeace criticó la falta de recursos destinados a la adaptación al cambio climático, señalando que “es indispensable contar con los recursos necesarios para accionar las políticas de adaptación”. Aunque estos recursos están disponibles en el Anexo Transversal 16 del presupuesto federal, gran parte se ha utilizado para transportar gas en lugar de financiar medidas que podrían beneficiar a las comunidades más vulnerables.
La organización también advirtió que “la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres contempla que la rápida urbanización puede llevar a asentamientos informales y sin planificación”, agravando los riesgos de inundaciones. Greenpeace argumentó que las inundaciones en Chalco son parte de un problema más amplio, relacionado con la falta de una política integral de gestión del agua y el medio ambiente.
Otro factor crítico identificado por Greenpeace es la deficiencia en los servicios públicos, especialmente en el manejo de residuos sólidos. Según la organización, “al menos 3 taponamientos en la red de drenaje fueron ocasionados por 500 toneladas de basura”, lo que aumentó la magnitud de las inundaciones.
Ornela Garelli, campañista de Océanos sin Plásticos de Greenpeace México, señaló que “el taponamiento de alcantarillas y las afectaciones a las redes de drenaje” por grandes cantidades de basura empeoraron la situación, y subrayó la urgencia de una gestión más eficiente de los residuos y la reducción en la generación de desechos.
Greenpeace llamó a incrementar la inversión pública en sistemas de tratamiento de aguas residuales y en la captación pluvial al subsuelo, además de enfrentar el problema de la deforestación y el crecimiento urbano desmedido, que han agravado los riesgos de inundaciones al disminuir la capacidad del suelo para absorber agua de lluvia.