Guillermo del Toro ha estrenado Frankenstein, la película que representa la culminación de un sueño que comenzó hace 50 años al conocer la obra de Mary Shelley. El aclamado director tapatío confesó a La Jornada que esta, su película número 13, es el punto al que lo han llevado todos sus trabajos, desde Cronos hasta Pinocho.
Del Toro detalló que la realización de Frankenstein requirió “cinco décadas de espera, mucha paciencia, más de 100 días de rodaje”, y una compleja producción que incluyó la construcción del laboratorio en más de dos mil 800 días. Para él, la cinta es “la culminación de una parte de mi vida y mi carrera”.
Proyectada en el FICM, la obra muestra una visión donde el monstruo (Jacob Elordi) posee más humanidad que su creador, Victor Frankenstein (Oscar Isaac). Del Toro explicó que la criatura es un reflejo de su propia reflexión sobre la “fusión de la muerte y el nacimiento” y el ciclo del dolor familiar.
El cineasta se siente en “postpartum” creativamente, y ya se enfoca en nuevos proyectos como la versión stop motion de El gigante enterrado de Kazuo Ishiguro y la adaptación de Furia para Oscar Isaac, aunque estará en la “capirucha” (Ciudad de México) a principios de noviembre.

