Judith Franco Ainza
Admite López Obrador intervención en el Poder Judicial
Siempre se ha sabido que el presidente pone y dispone, tanto en el poder Ejecutivo que encabeza, como en el Legislativo y el Judicial, pero una cosa es lo que la gente presume o cree, y otra muy distinta, que el propio presidente de la República, en este caso Andrés Manuel López Obrador, admita su intervención en el Poder Judicial, en los tiempos de Arturo Zaldívar de ahí el enojo con la actual presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, quien defiende la autonomía de los jueces.
En verdad que nos quedamos sin palabras cuando escuchamos al mandatario mexicano admitir tranquilamente que llamaba al entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre algún juicio “en contra de algún delincuente”, dijo, para luego quejarse de que ahora, con la Ministra Piña no ha sido así, ya que dice “que los jueces son autónomos”.
Este tipo de declaraciones son realmente vergonzosas y en otras latitudes, serían motivo hasta de juicio, pero vivimos en México en donde persiste el presidencialismo y peor aún, si la gente continúa sin querer ver la realidad, nos encaminamos a una dictadura, con la designación de ministros “a modo” como Lenia Batres, que ha realizado un patético papel al mostrar su ignorancia en los asuntos que se analizan en el máximo tribunal.
Por lo pronto, el presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, Víctor Oléa Peláez, emitió un comunicado a través de redes sociales en el que reprueba la injerencia de López Obrador en el Poder Judicial.
Asimismo, lo exhorta a que respete la independencia del Poder Judicial de la Federación y el fortalecimiento de las instituciones que garantizan la justicia y el Estado de Constitucional de Derecho en nuestro país.
“Instamos a todas las autoridades a actuar con la dignidad del cargo que les fue conferido y se apeguen a los principios constitucionales que sus cargos demandan”, concluye.
Ciudad Obregón, la segunda ciudad más violenta del mundo
Y este miércoles se dio a conocer el índice de ciudades más violentas del mundo y de nuevo México resalta por aportar varias, seis de ellas en el “top 10”, entre ellas, en el número recayó en Colima por segundo año consecutivo, que desbancó a Ciudad Obregón, que para vergüenza de los sonorenses se ubicó en el segundo lugar.
El citado índice incluye 50 ciudades del orbe y es elaborado por la organización Seguridad, Justicia y Paz, en el cual México aporta 16 ciudades, y en las primeras 10 incluye además de las dos mencionadas a Zamora, en el puesto cuatro, Tijuana, en el seis; Zacatecas, en el siete y Juárez, en el 10.
Naturalmente, que las autoridades locales de Cajeme mantendrán su postura de que las cifras van a la baja, porque como dice el dicho, no hay más ciego que aquél que no quiere ver.
Ahora se intoxican niñas en escuela secundaria de la colonia Cajeme
Con la novedad de que tres menores estudiantes de la escuela secundaria Nueva Creación de la colonia Cajeme, ubicada por el rumbo del predio Las Cuevitas, al poniente de Hermosillo, sufrieron un caso de intoxicación, tras consumir productos a un vendedor ambulante, en caso similar a la de la mujer que compró productos a un menor en un restaurante.
Las tres afectadas fueron llevada al Hospital Infantil, en donde de acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Educación y Cultura, les realizaron estudios toxicológicos en cinco drogas y dieron negativos, por lo que lo extendieron a otras sustancias y hoy tendrán los resultados.
Asimismo, agrega que las menores recibirán la atención médica y sicológica que requieran por parte de las autoridades.
Es una situación preocupante, similar a la que relató en redes sociales un médico el fin de semana, que posteriormente fue desmentido por la Secretaría de Salud porque “no había reporte en la línea de emergencia 911 ni en hospitales del sector salud”, pero no fueron más allá para investigar en nosocomios privados.
Así que alerte a su familia, a sus hijos menores y también a los adultos sobre los riesgos y eviten consumir productos de vendedores ambulantes, porque más vale pecar de exagerados que ser parte de las estadísticas.
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