Hombres y mujeres de todas las edades con pancartas y gritando consignas realizaron la marcha de la plaza Zubeldía a Palacio de Gobierno para evidenciar que son personas y no boots
Redacción Entorno Informativo
Personas de todas las edades se sumaron a la convocatoria nacional y participaron la mañana del sábado en la llamada Marcha de la Generación Z, en la que exigieron al gobierno estatal y federal, seguridad, servicios médicos, medicamentos y oportunidades de empleo digno.
La manifestación convocada por jóvenes fue abierta para toda la población, no solo para su generación, así que igual se vio a hombres y mujeres de distintas edades y generaciones, quienes en primer lugar condenaron la inseguridad que aqueja al país y lamentaron el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo.
“Como siempre, muerto el niño a tapar el pozo”, dijeron algunos de los participantes, quienes lamentaron que el munícipe, quien en repetidas ocasiones pidió el apoyo del gobierno de México, tuvo que morir para que se implementara el llamado Plan Michoacán.
El contingente de alrededor de 500 personas, con pancartas y mantas, se reunió en la Plaza Emiliana de Zubeldía y tomó la calle Rosales para llegar a Palacio de Gobierno.
“Que nos cuenten, que vean que somos personas reales y no boots” dijo una de las marchantes, ya que lamentó que las autoridades en lugar de dialogar han buscado descalificar el movimiento.
Pidieron a la presidenta Claudia Sheinbaum, que vea que es la gente del pueblo la que está muriendo “nos están matando, nos están quitando la dignidad humana, nos están desapareciendo” dijo otra de las personas que pidió “voltéenos a ver”.
Lamentaron que en el caso de Sonora se han repetido tragedias, como la de la tienda Waldo´s o el camionazo de Tufesa “y no pasa nada”, por lo que exigieron justicia para las víctimas y sus familias.
“Estamos en un país, en una ciudad, en un estado, en donde prevalece la impunidad y la injusticia”, señaló otro de los participantes, quien señaló que ya están cansados de las divisiones entre “chairos” y conservadores, “somos familias trabajadoras que anhelamos estar en paz”, aseveraron.


