Este miércoles 17 de diciembre, la sala de la Corte Superior de Los Ángeles fue el escenario de la primera intervención legal de Nick Reiner, de 32 años, tras ser formalmente imputado por el deceso de sus progenitores. Protegido por una barrera de cristal, con grilletes y ataviado con una prenda especial para la prevención de autolesiones, el hijo del cineasta Rob Reiner y Michele Singer Reiner mantuvo una postura hermética durante casi toda la sesión, en la cual Alan Jackson, su defensor, optó por no presentar ninguna declaración de culpabilidad. El único instante en que el acusado rompió el silencio fue para confirmar su renuncia al derecho de una audiencia inmediata, respondiendo con un breve: “Sí, su señoría”. Consecuentemente, la lectura formal de los cargos ha sido postergada para el 7 de enero de 2026. Al término de la sesión, Jackson enfatizó la gravedad de la situación ante los medios, subrayando que “Hay cuestiones muy, muy complejas y serias asociadas a este caso”, y añadió que “Esta es una tragedia devastadora que ha recaído sobre la familia Reiner. Nuestros corazones están con toda la familia”. El abogado también solicitó paciencia social al declarar: “Pedimos que durante este proceso se permita que el sistema avance de la forma en que fue diseñado, no con juicios apresurados, no saltando a conclusiones, sino con moderación, dignidad y con el respeto que este sistema merece, y que la familia merece”.
Actualmente recluido sin posibilidad de fianza en el Centro Correccional Twin Towers, Nick Reiner afronta dos acusaciones de homicidio en primer grado bajo circunstancias especiales, tales como la presencia de múltiples víctimas y el empleo de un cuchillo como arma mortal, lo que podría derivar en la pena capital o reclusión perpetua. De acuerdo con el reporte del forense Nathan Hochman, las víctimas de 78 y 70 años sucumbieron ante numerosas agresiones punzocortantes ocurridas la madrugada del pasado domingo en su hogar de Brentwood. La detención del sospechoso ocurrió apenas seis horas después del hallazgo, en las inmediaciones de la Universidad del Sur de California, tras ser captado por cámaras de vigilancia de una estación de servicio donde, según testigos, se comportaba como un cliente ordinario. Las indagaciones sobre el detonante del suceso sugieren un altercado previo entre padre e hijo durante una festividad navideña donde el joven se mostraba perturbado. Por su parte, Jake y Romy Reiner expresaron el profundo impacto de la tragedia a través de un comunicado donde afirmaron: “No se puede describir con palabras el dolor inimaginable que estamos experimentando cada momento del día”, señalando además que “La horrible y devastadora pérdida de nuestros padres es algo que nadie debería experimentar”. Los hermanos cerraron su mensaje pidiendo discreción y empatía: “Estamos agradecidos por la avalancha de condolencias, bondad y apoyo que hemos recibido, no solo de familiares y amigos, sino de personas de todos los ámbitos de la vida. Ahora pedimos respeto y privacidad, que la especulación sea atenúe con compasión y humanidad, y que nuestros padres sean recordados por las increíbles vidas que vivieron y el amor que dieron”.

