En un trágico episodio de desinformación y miedo, Aleksander Banas Konrad, originario de Polonia, perdió la vida la tarde del 8 de mayo en la colonia Granjas Familiares II, en Tijuana, Baja California, luego de ser atacado por un grupo de personas que lo confundieron con un presunto secuestrador de menores.
De acuerdo con los primeros reportes, el ciudadano europeo, que no hablaba español, se acercó a una mujer y su hijo aparentemente para pedir ayuda tras haber sido víctima de un robo. No obstante, su comportamiento —descrito como errático— generó alarma entre los presentes. Según testigos, el hombre abrazó con efusividad al niño de cinco años, lo que hizo que la madre entrara en pánico y pidiera auxilio a gritos.
“No le entendía. Hablaba algo que no era español (…) En un momento incluso llevó a cabo algunas acciones como acercarse al niño, sacar unos lentes de su mochila y ponérselos al menor. Aparentemente con el ánimo de acercarse. Posteriormente, se acercó a la víctima y al niño y les dio un abrazo fuerte, obviamente en contra de su voluntad”, explicó María Elena Andrade Ramírez, fiscal general de Justicia de Baja California.
La situación escaló cuando varias personas comenzaron a perseguir a Banas Konrad, impidiéndole abordar un taxi. Entre los agresores, el chofer identificado como José René “N” lo apuñaló, causándole la muerte.
La fiscal Andrade fue clara al señalar que no hay pruebas de que se tratara de un intento de secuestro: “ni siquiera hubo una privación ilegal de la libertad. Pareciera que, a simple vista, fue una conducta descontrolada de esta persona”.
La investigación se mantiene abierta y se realizarán exámenes toxicológicos al cuerpo de la víctima para entender mejor su estado al momento del incidente. Asimismo, las autoridades revisan grabaciones de cámaras de seguridad donde se observa al hombre pidiendo ayuda con gestos tranquilos a comerciantes antes de ser atacado.
El conductor que perpetró el homicidio ya fue detenido y presentado ante las autoridades correspondientes. Se analiza también la posible implicación de otras personas que participaron en la agresión colectiva.