Remontan Broncos y se imponen a Águilas

Remontan Broncos y se imponen a Águilas

Tras venir de atrás ganaron por 21-17; Los campeones fueron sorprendidos por los de Denver quienes lograron romper su bloque otrora impenetrable y llevarse la victoria

Agencias

La tarde cayó en Filadelfia y con ella la leyenda de que el campeón era intocable. Los Eagles ganaban por 14 puntos, el estadio vibraba con rutina de victoria, pero los Broncos decidieron romper el guion.

No lo hicieron con fortuna ni accidente, sino con una convicción que huele a equipo legítimo para contender por el Super Bowl. Denver ganó 21-17 y lo hizo en el campo donde pocos sobreviven.

Durante tres cuartos, Eagles pareció ser lo de siempre: un bloque impenetrable. Jalen Hurts distribuía, Saquon Barkley encontraba espacios, y la defensa mantenía su jerarquía.

El marcador 17-3 parecía sentencia, pero entonces el juego cambió de tono. Bo Nix,  un jugador de segundo año con calma de veterano, empezó a mover las piezas para edificar la repuntada. La primera grieta apareció con una serie de 64 yardas que terminó con J.K. Dobbins atravesando la línea de touchdown.

Luego vino el verdadero golpe. Denver volvió a tener el balón y Nix encontró a Evan Engram en la zona corta, un pase de 11 yardas que redujo todo a una jugada. Sean Payton pidió los dos puntos, sin titubear. La conversión fue perfecta. Troy Franklin atrapó el envío y el marcador cambió de dueño.

Filadelfia, que durante casi todo el encuentro había jugado con la comodidad del favorito, empezó a mirar el reloj con miedo.

Los Broncos no sólo remontaron, impusieron un ritmo emocional que descolocó al campeón.

La defensa ajustó las coberturas, forzó un tres y fuera, y recuperó el balón con el instinto de un grupo que empieza a creer en algo más grande que una victoria esporádica. Wil Lutz selló el golpe con un gol de campo de 36 yardas y 1:11 en el reloj. La ciudad entera contuvo el aliento mientras Hurts intentaba una última serie. 

Cuando el reloj marcó cero, los Broncos no celebraron como quien gana una sorpresa. Esa es quizá la noticia más grande: Denver ya no es un proyecto, es una amenaza. Sean Payton, el arquitecto que muchos creyeron oxidado, ha moldeado un equipo capaz de revertir un marcador de 14 puntos ante el mejor de todos.

Bo Nix terminó el juego con 242 yardas y un touchdown. Sus lecturas fueron rápidas, sus decisiones sin temblores, su conexión con Engram y Franklin, precisa. E

Filadelfia, en cambio, conoció algo que no sentía desde hace tiempo como es la vulnerabilidad. La defensa que solía cerrar puertas se quedó sin aire en el último cuarto. Hurts no fue el mismo después del golpe anímico. Terminó con 280 yardas y un touchdown.

No hay tragedia en eso, pero sí una advertencia. La NFL no perdona la complacencia, y los Broncos acaban de recordarlo. Denver viajará a Europa la próxima semana con un récord de 3-2 y una idea que empieza a tomar cuerpo. Águilas se medirá a Gigantes en un duelo divisional que no permite concesiones.

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