A más de una semana del asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, dos colaboradores cercanos a Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, nuevas revelaciones apuntan a presuntas irregularidades en la actuación de las autoridades tras el ataque registrado el pasado 20 de mayo sobre Calzada de Tlalpan, cerca del cruce con la calle Napoleón, en la alcaldía Benito Juárez.
De acuerdo con testimonios de vecinos y testigos, las patrullas del sector Nativitas —encargadas de vigilar la zona donde ocurrió el ataque— habrían tardado hasta 10 minutos en arribar al lugar, a pesar de que usualmente acuden con rapidez a emergencias en ese perímetro. Extraoficialmente se mencionó que otro incidente ocurrido a la misma hora podría haber retrasado la llegada de los uniformados, aunque dicha versión no ha sido confirmada por las autoridades capitalinas.
Además, surgieron señalamientos sobre la supuesta manipulación indebida de evidencias en la escena del crimen. Según reportes difundidos por el periodista Carlos Jiménez, la jefa del Sector Nativitas habría ordenado mover objetos clave que fueron abandonados por el agresor, entre ellos un casco, un cubrebocas y un chaleco. Esta acción derivó en su remoción temporal del cargo, mientras la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX) determina si incurrió en alguna falta.
Los objetos en cuestión ya fueron entregados a la fiscalía para integrarlos a la carpeta de investigación. Por el momento, la separación de los mandos policiales será provisional, en lo que se concluyen las indagatorias y se establecen posibles responsabilidades.
En tanto, en el sitio donde fueron asesinados Ximena y José se ha levantado un memorial con retratos pintados, flores y veladoras, como símbolo del dolor que ha dejado este crimen en la comunidad. La exigencia de justicia y el esclarecimiento de los hechos continúa creciendo, mientras el caso sigue bajo investigación.