En medio de un impresionante espectáculo ante 20,200 personas y una deslumbrante estructura metálica que lo iluminaba, Peso Pluma apareció en el escenario del Palacio de los Deportes en la Ciudad de México el pasado 18 de septiembre. El ambiente era electrizante desde el primer momento, cuando el cantante jalisciense corrió por todo el escenario rodeado de gradas y espectadores, quienes inundaron el recinto con gritos que opacaban la música y su voz.
El artista no tardó en acercarse a la pasarela en forma de T, interactuando de manera enérgica con su público. Abrió la boca, como si quisiera absorber toda la energía que la audiencia le transmitía, mientras cantaba “La Durango”. Aunque llevaba gafas oscuras, no dejó de conectar con los asistentes a través de gestos, moviendo los brazos, saltando y liderando a un grupo de más de 20 bailarines durante la interpretación de “AMG”.
La gira de conciertos de Peso Pluma fue impulsada por su más reciente álbum, titulado “Éxodo”, un nombre que evoca migraciones masivas por crisis o persecución, pero en este caso, el movimiento masivo de personas fue motivado por la gran cercanía del artista con su audiencia. Peso Pluma logró que, con gestos y su tarima estratégica, todos los presentes sintieran que cantaba para ellos.
En uno de los momentos más memorables de la noche, el cantante preguntó: “¿Quién tiene ganas de ponerse bélico esta noche?”, provocando una ovación ensordecedora. Entre el entusiasmo, un joven de poco más de 20 años le gritó “Te amo, wey”, lo que generó risas, palmadas y abrazos entre el público, reflejando la conexión profunda entre el artista y sus seguidores.
El concierto fue una demostración del magnetismo de Peso Pluma y de cómo, a pesar de las críticas, su presencia y energía en el escenario siguen cautivando a miles de personas en todo el país.
